***De piélago fémina. ***

(para mis amigas, hermanas, primas... mujeres... )

Aún no existe el poema absoluto, 
que define nuestra condición.
Cada mujer es su propia reivindicación,
su propio anhelo, su piel, su poesía.

Caminando entre la alegría nos encontramos
una piedra, y tijeras,
sacamos papel del bolsillo, limpiamos solas nuestras lagrimas…
… nuestras hermanas y amigas también consuelan nuestra tristeza
y profundizan nuestras risas.

Sabemos lavar envidias,
aunque nuestra sabiduría fue condenada,
tuvimos que sobrevivir a la hoguera y aprendimos infamias
que ahorcan. Ninguna soga o cadena serán eternas, aprendimos a usar
las tijeras.

"Lava, lava bien tu ropa, perfumada ve,
¿por qué no usas tacones?
… camina como con un libro en la cabeza,
péinate, pinta tus uñas, compra, vende, compra…" Tiremos la piedra.

Agua, fuego, aire y tierra no son sinónimos de planeta.
Vientre, útero, esposa y madre no son sinónimos de mujer.
Menstruar no me hace más valiente,
ni bailar mejor persona. No quiero ser igual,
porque soy diferente. Sólo se que soy a cada instante
la que quiere versos, equidad, cultura, educación, salud, justicia
y armonía. Música, quiero música y momentos de soledad.
Quiero un café o un vino con mis amigas, a veces una, a veces somos tres,
a veces muchas en una gran manifestación.
Quiero caricias y miradas,
de la persona amada,
de las personas amadas que son mi responsabilidad sentimental.

Soy como el mar infinito, y como vos:
heredera de batallas, de cuestas arriba,
sobreviviente de trompicones y
de enfermedades curables que no lo fueron porque se negaron los cuidados.
Soy la cuidadora de la rebeldía, de la agitación,
soy la insumisa, la del pelo largo, y la del cabello corto,
soy la calva, y soy la sonrisa con miel. Soy todas las estrellas,
y soy una aprendiz de paciente escucha,
soy linda y a veces fea, porque también
me equivoco con mis palabras. Soy como el mar,
con olas y en calma,
como el mar sin luz,
y como el mar con luna llena, soy.

Linda Acosta.